01-Feb-2012 >>> Blog de Chimpúm

Reutilización y autoconstrucción Chimpúm

El Chimpúm nace de la necesidad principal de dar sombra en el caluroso solar cedido por el ayuntamiento Sevilla a La Carpa. Para su autoconstrucción se reutilizan materiales provinientes de Matadero Madrid y Aula Abierta Granada.

El Chimpúm, nombrado así cariñosamente por Recetas Urbanas, es una de las primeras construcciones de La Carpa, que nace de la necesidad principal de dar sombra en el caluroso solar cedido por el ayuntamiento Sevilla. El material principal, la madera, viene de una exposición realizada en el “Matadero” de Madrid, por el artista Jorge Perianes. Una vez su obra desmontada, aparecía en forma de cientos de perfiles abandonados en la parte trasera del centro de arte volviéndose objeto de interés para algunos colectivos locales.

 

El diseño se realizó limitado por la cantidad de madera que se pudo traer en un viaje de vuelta de Benicassim, entre Recetas Urbanas y LaFábrika detodolavida. La construcción se arrancó con una base de hormigón, donde se utilizaron casetones para encofrar. La cubierta también se solucionó reutilizando material que venía del antiguo Aula Abierta de Granada al igual que las placas de anclajes para los pilares. Tornillos y pintura acaban en trabajo, que como en otros proyectos, se puede realizar gracias a mucha gestión y diversas complicidades, permitiendo sin apenas fondos (unos 300 euros gastados en tortillería y barnices) una construcción que valdría trece veces más.

 

La misma red de información que se montó para reutilizar materiales de varios edificios o localizaciones, se convierte en red humana. La construcción, que duró dos semanas, se hizo entre Recetas Urbanas, El Gato con Moscas, La Jarapa, LaFábrika detodalavida, usuarios de La Carpa y otras redes humanas. Evidenciando que el espacio de La Carpa iba a generar muchas colaboraciones y un trabajo en red alucinante.

 

También fue un proceso de aprendizaje sobre carpintería a mayor escala, un arma enorme en el proyecto general de La Carpa, porque en poco tiempo se consigue una gran recompensa, un refugio para la sombra y la lluvia, que da muchos ánimos a la gente partícipe, que volverá repetidamente a colaborar en otras construcciones, pudiendo, posteriormente, utilizar las mismas para actividades diversas, solicitar ayuda a Recetas Urbanas en otros proyectos o luchas políticas, o simplemente tener la satisfacción de trabajar en un proyecto autogestionado.